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Foto del escritorVirginia Magi

Tendrá el cielo tu color


En un pueblito del sur de la Provincia de Santa Fe, muy en el sur, el cielo había amanecido de un color diferente al resto, opaco, desabrido, como si a ese color le estaría faltando algo que lo complementara.


El cielo no siempre es azul, a excepción de una ficción. En la realidad suele ser gris, oscuro, celeste, blanco… no siempre es el mismo. Pensar que el color del cielo de aquella mañana de diciembre estaba de esa manera por una tormenta, neblina, lluvia, era lo más lógico. Pero pensar que si el cielo había amanecido de ese color, era por falta de alguien que lo llene y no por responsabilidad directa del clima, se volvía ilógico. Impensado. O quizás no. Eso ya depende de lo que cree y quiere creer cada uno.


En ese pueblito del sur santafesino, aquella mañana de diciembre, creyeron – y creen hasta el día de hoy – que fue consecuencia de algo que sucedió en el espacio exterior. Otros, en cambio, los que se atreven a creer y hablar de cosas que suceden en las novelas como cosas reales y propias, piensan que fue el azar quien intervino en una disputa de ambos destinos en un juego de potrero.


En el azar, el destino es dueño de la suerte. Y la vida tiene mucho de azar. Sucede, no siempre, pero a veces sucede, que lo que deseamos se antepone al azar en la suerte del destino volviéndonos dueños de nuestra propia suerte. Claro que en la mayor parte de la vida el azar se antepone al deseo, porque si fuese lo contrario, todo sería más fácil. Pero como la vida en ocasiones suele ser muy jodida…


Que es jodido y que muy jodido es separado por una fina y delgada línea. Que es real y que no, también. En ese dilema entre que es una cosa y que otra, están los sentimientos que nos llevan a elegir cual es la opción adecuada de ese momento. Si, de momento, porque en la vida muchas de las decisiones o de las opciones que se eligen son de momento. ¡La vida se basa de momentos!


- No es la primera vez que ambos destinos se disputan en un juego de potrero.


- ¿Acaso hay destinos buenos y malos?


Supongamos que el destino tiene dos ramas de colores; una blanca y otra negra. Amor y odio. Alegría y amargura. Felicidad y tristeza. Confianza y desconfianza… cuando en la vida pasa algo bueno, decimos que el destino juega a nuestro favor, y cuando pasa lo contrario, maldecimos, nos preguntamos ¿Por qué?


- Todo lo que nos alegra es bueno y todo lo que nos entristece es malo. Una cosa o la otra nos llevan hacia un mismo lugar. Todo conduce a un mismo destino; el destino.


La vida nos da y nos quita por alguna razón – aunque a veces sean inentendibles y dolorosas –. Dentro de esa razón, se encuentra el azar, que a veces es blanco y otras veces negro, salvo que se juegue tiempo extra y se vuelva gris. Las reglas del destino parecen estar escritas y no queda remedio que aceptar.


- Tal vez no podamos elegir que regla seguir en ese momento del partido, pero sí el color que tendrá el cielo en ese momento de la vida.

Virginia Magi



Los sentimientos, como la vida misma, tienen momentos. Cada cual elige cuando decir o escribir esos sentimientos. Las palabras siempre tienen una razón, las de este escrito lo tienen a Juan Pablo. Cada uno, en su lectura, viajara donde su imaginación lo lleve.

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