top of page
Buscar
Foto del escritorVirginia Magi

Tal vez, no quiso dejar de ser.


Tomas Felipe Carlovich

La bendición de este romance,

Gira en torno a la pelota…


¿Qué quiero ser? ¿Qué no quiero dejar de ser?


El fútbol te da y también te quita. Quizás, eso que te quita, a veces suele ser demasiado. Es ahí, donde toda persona que quiera estar en este hermoso y complejo ambiente, se encuentra ante caminos que, para poder avanzar, se deben desbloquear dejando atrás muchas cosas.


En el fútbol, ¿Se puede ser quien quiero ser sin dejar de ser quién soy? Por supuesto. Pero siempre, habrá cosas que se deben resignar. Cuando se comienza a transitar este camino, los años dejan de ser los mismos. Las costumbres no cambian, pero el tiempo sí.


Sucede, a veces, que cuando vemos que aquel que tiene todo para ser quien soñó ser alguna noche de ensueño, no lo es, - ya sea por decisión propia, por lesiones, por falta de oportunidad… -, puede haber innumerable respuestas a ese “¿por qué?”, nos lamentamos. Y supongo, que eso es, porque entendemos que condiciones para llegar tiene de sobra.


“¡Mira, este pudiera estar jugando en un equipo grande del fútbol argentino y esta acá!”, “¡cuánta calidad tiene este pibe, da gusto verlo jugar!”…repetimos una y otra vez, entre otras tantas expresiones de partido.


Hace tiempo atrás, por el ’74, las miradas se dirigían todas a un mismo destino: Rosario, ciudad futbolera si las hay. En aquella ciudad, en barrio la Tablada, jugaba un muchachito con la 5 en la espalda que enamoraba a cualquier futbolero.


El 5 jugaba bien de verdad. La gente por la calle se mostraba eufórica, “¡esta noche juega el Trinche!”…


De Tomas Felipe Carlovich, se dicen muchas cosas. La gente habla como si lo conociera de toda la vida. Que es cierto y que no, nadie lo sabe. En realidad si, solo él. Y la gente que lo rodea en su ámbito más privado.


¿Quién no sería feliz estando cerca de los suyos, jugando al fútbol con amigos en la canchita del barrio? Claro, hay un pequeño detalle. En este caso, la canchita del barrio donde el cinco exhibía su magia, era el Gabino Sosa.


¿Por qué el 5 no llegó a ser lo que pudo ser? ¿O será que no quiso dejar de ser quién es?


Al Trinche le encantaba jugar a la pelota. Y Rosario siempre estuvo cerca.



“A veces no se da,

A pesar de tanta elegancia en la cancha…”



Virginia Magi

87 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comentarios


bottom of page