Sentimientos encontrados, imágenes diversas, preguntas sin responder y orgullo por un grupo de pibes que dejo el corazón cada domingo que le toco jugar, sobre todo este último que pasó. Así me encuentro hoy. Y así, seguramente, me encontrare durante varios días. Porque el fútbol tiene mucho que ver con el estado de animo de las personas. Y el hincha lo sabe muy bien.
Por momentos me detengo y pienso. Busco respuestas a esas tantas preguntas que dan vuelta dentro de mi cabeza pero no logro encontrar ninguna. Trato de encajar las piezas (imágenes) en el lugar correcto pero fracaso. Todo se me confunde. Nada coincide. Supongo que eso debe ser porque la ilusión que el hincha sentía en la previa de esta final era muy grande. Y tal vez, encontrar respuestas y armar el rompecabezas correcto, sea un trabajo del tiempo. No lo sé.
Aun me quedan lágrimas. No tengo vergüenza en decirlo. Aquellos que son futboleros me sabrán entender. Y cada lágrima trae consigo cada momento vivido. Por suerte, este año, fueron muchos. Y fueron hermosos.
Y quizás la vida quiso que Federación y su gente se queden solo con el partido en el Gigante de Arroyito por Copa Santa Fe. Tal vez, la vida pensó, que debía tener algún que otro sabor amargo en el año de su aniversario 90º para hacerse aún más fuerte de lo que ya es. La pelota estaba porfiada el pasado domingo. Y eso me lleva a ponerlo como el motivo de la derrota. De seguro, el tiempo, me traerá certezas.
A veces no hay cierres perfectos. A veces menos es más. Y les aconsejo que miren a Federación jugar la final del clausura 2018. Fútbol del bueno, entrega y corazón.
Gracias eternas por cada emoción que nos hicieron vivir.
Muchas gracias.
Virginia Magi
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