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Foto del escritorVirginia Magi

Lo que no quería escuchar el amigo del primo de Gastón


Mural de Gaston Aguirre en el club Temperley. El mismo fue pintado por la Peña Lavallol.

El hincha siempre se ve reflejado en algún jugador que viste la camiseta de su equipo. Con “su equipo” me refiero a aquella pasión que el viejo o alguna persona cercana – o no – le heredo. Como menciono Galeano en “Fútbol a sol y a sombra”; Rara vez el hincha dice: «hoy juega mi club». Más bien dice: «Hoy jugamos nosotros». Y en cuanto a lo de “reflejado”, por la forma de sentir esos colores como propios.


En determinados momentos, el hincha, que siempre que tiene la oportunidad le agradece al jugador por su compromiso, amor y respeto a la Institución, se pone triste. Por el mismo y por aquel jugador que quiere tanto. Porque para decir verdad, y creo que a todo futbolero le pasa, aquel que se ve reflejado en el jugador que está vistiendo – o que vistió en algún momento de su vida – la camiseta del club que ama, termina sintiendo casi lo mismo que siente el propio jugador.


Esto fue lo que le paso al amigo del primo de Gastón.


En uno de los últimos partidos que el equipo celeste jugo de local, el “Tonga” – jugador que admiraba el amigo del primo de Gastón – dio a entender que podían llegar a ser sus últimos partidos con el “Celeste”. Esa declaración, en aquel momento delicado, fue un balde de agua fría para el amigo del primo de Gastón. “Ojala que lo piense un poco. Ojala, que siga vistiendo la 6 del “Celeste”. Ojala, se quede”, fueron las palabras que repitió, una y otra vez, el amigo del primo de Gastón cuando escucho al “Tonga” decir eso que dijo, después de aquel partido.


La tarde siguiente, el amigo del primo de Gastón se encuentra con el primo de Gastón. Sin decir palabras, se funden en un abrazo. A veces, las palabras están demás. Y más aún, con aquellos que comparten la misma pasión que uno.


Los días pasaban y la declaración del “Tonga” en aquel partido, comenzaba a preocupar, entre otros tantos hinchas, al amigo del primo de Gastón. Preocupaba, porque había algo dentro de él, que le decía que aquel jugador que el tanto quería, no iba a seguir en el club que amaba. Pero también, para ser sinceros, el amigo del primo de Gastón, tenía esperanza de que eso no fuese así. Tenía esperanza, porque la esperanza es lo último que se pierde en la vida, entonces, ¡¿Cómo no iba a tener esperanzas de que el “Tonga”, por más difícil que sea, siga jugando – al menos unos meses más – en el “Celeste”?!


Aunque el amigo del primo de Gastón no perdía las esperanzas, una tarde, casi sin querer y de forma sorpresiva leyó eso que tanto espero no leer. Escuchó, eso que tanto prefirió no escuchar. En cuestión de segundos, la esperanza del amigo del primo de Gastón se había esfumado. Ya nada iba a ser que el “Tonga”, siga usando la 6 del “Celeste”. Nada. Porque la decisión final, no paso por él, sino, que paso por una decisión aún mucho mayor. “Gastón Aguirre no será tenido en cuenta”. Doble balde de agua fría para el amigo del primo de Gastón.


Aquel jugador en el cual se veía reflejado, no iba a estar más en cancha. Pero aun así, sabia, que el “Tonga” iba a seguir sintiendo el mismo amor por los colores, como cuando los defendía con la 6 en su espalda.


La noche siguiente, el amigo del primo de Gastón y el primo de Gastón, se volvieron a encontrar. Se fundieron en otro abrazo y se dijeron al oído; duele, pero como dijo el propio Gastón, “esto sucede en la vida del futbolista”. Si lo entiende así el. ¡¿Cómo no lo vamos a entender nosotros?! Quedémonos, aunque duela, con todo lo que nos dio y siempre tengamos con nosotros un gracias capitán”.


Virginia Magi

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