¿Que es? Este artículo periodístico no es más que eso. O si. Quizás, la información, los conceptos y ejemplos que se lean en las próximas líneas termine siendo algo más que un artículo periodístico. El tiempo lo dirá.
Todo artículo se apoya en un objetivo. Y a partir de ese objetivo, uno comienza a trabajar, a recorrer cada hectárea de un campo lleno de información que espera ser absorbida. El objetivo de este artículo periodístico es: concientizar, informar, mostrar – a base de ejemplos y diálogos con profesionales y protagonistas – cuán importante puede llegar a ser (y es) un profesional de la Psicología dentro de un club de fútbol.
Entonces, cuando hablamos de psicología y de fútbol, o mejor dicho, de la psicología dentro del fútbol, es necesario aclarar que; el rol del Psicólogo no es el mismo que el del Entrenador. Cada uno tiene su función dentro de esta rueda. Otras de las cosas a aclarar es que los aspectos deportivos son cuatro, aunque por lo general se tengan en cuenta tres de esos cuatro; Físico – Técnico – Táctico/ Estratégico – Psicológico, este ultimo suele tenerse en cuenta cuando la situación es extrema, no siempre, pero sí bastante a menudo. Cuando la situación deja de ser extrema, ese cuarto aspecto vuelve a ocupar su antiguo lugar. Se (mal) acostumbro a que acudamos a un psicólogo deportivo cuando los resultados no se dan o cuando se trata de instancias finales donde requiero una motivación extra, pero luego cuando la tormenta pasa o la adrenalina baja, dejamos de acudir a ellos, como si se tratase de una intervención mágica. Nos (mal) acostumbramos a eso y quizás vaya siendo hora de entender – de una vez por todas – que el aspecto psicológico es tan importante como los demás aspectos. Y que al igual que los demás aspectos, lleva tiempo.
“Está bien, es bueno, todo lo que quieras, pero en estas instancias siempre le pasa algo. No aparece o si lo hace, lo hace poco…”
“Pintaba para promesa, pero tres partidos en primera, y…”
“¿Pero qué le pasa hoy? Esta en cualquier sitio menos en el que tiene que estar; el partido”
La subestimación nunca es buena. Es importante tener en claro donde estoy y como estoy. Es necesario pausar el juego y entender que existen otras posibilidades, como la posibilidad de que la otra persona, aunque parezca o muestre estar bien, por la razón que sea, no lo está. Entender que no todos los procesos son iguales. O se llevan de la misma manera. Es una razón casi ausente a la vista. Y es ahí, donde el profesional (en este caso de la psicología en el deporte) entra a jugar su partido.
El psicólogo se vuelve una pieza clave dentro de ese contexto, porque observa y ve lo que otros no. Y a través de ese trabajo silencioso, puede intervenir, anticipar. ¿Cómo? dando las herramientas para poder afrontar las distintas situaciones que se nos presentan. Tanto en el fútbol como en la vida misma. ¿De qué manera? Directa; donde el dialogo se da con el propio jugador. O indirecta; donde se da por medio del entrenador.
“El jugador baja su rendimiento a causa de su frustración por perderse la chance de darle la vitoria a su equipo, victoria que le otorgaba la clasificación a los play-offs. El objetivo, al parecer, no se cumplió. Y esa frustración, ese sentimiento, lo lleva a desanimarse… ¿Cómo (lo) ayudo? buscando otro objetivo. Cercano. Real. Dándole las herramientas para ello…”
La relación jugador – psicólogo tiene su proceso. Su tiempo. Es muy probable que, si el psicólogo (o jugador en caso adverso) sea nuevo o lleve menos tiempo dentro de la institución o grupo, la intervención se dé a través del entrenador, quién es la voz de mando. La voz de referencia dentro de ese plantel. Y posiblemente sea aquella persona en quien más confíen.
El psicólogo es, en principio, un extraño. Y su trabajo – silencioso – lo vuelve un extraño en las sombras. Posiblemente eso haga que la conexión de ese triangulo compuesto por; entrenador – psicólogo – jugador, cuente con un proceso más lento de lo habitual. ¿Por qué? básicamente por un factor que se torna fundamental en relaciones humanas; la confianza.
Si no confió, es probable que no resulte. Y para que eso suceda, es importante la confidencialidad. De todas las partes que componen ese triangulo. Si doy mi palabra y cumplo con ella, logro establecer una confianza, y el resultado será fructífero. Más de lo que uno imagina. Un resultado que se verá a largo plazo. Con el tiempo transcurrido. Porque así como el trabajo del psicólogo es silencioso – aunque a veces, dependiendo el contexto, no lo es –, en la sombras, y puede que también – en algunos casos – arroje resultados a corto o mediano plazo, el verdadero efecto, se ve reflejado en el tiempo.
“Es un gasto que no se si podemos llegar a cubrir…”
Dentro de las Ligas Regionales, donde solo unos pocos clubes pueden (y quieren) cubrir un gasto “extra”, porque si vamos al caso, el psicólogo no entra – por el momento – dentro de las cosas primordiales de un club, de una institución. Eso no quiere decir que todos los clubes tengan el mismo orden de cosas importantes, pero sí lo es en la mayoría de los casos. Si en el ámbito profesional, o en lo que se acerca a profesional, o en la intermediación de ambos mundos, contar con un psicólogo dentro de una institución no se ubica entre las cosas primordiales, donde la exigencia es aún mayor, la realidad en este lado – aun con una exigencia mucho menor – no se aleja demasiado. En un lado o en otro, a día de hoy, sigue considerándose un gasto “extra”. Pero así y todo, en el amateurismo, los clubes se transforman en psicólogos. Cuando uno es chico el club es el mejor refugio para todo. Inclusive lo es cuando también somos grandes. Dentro de ese lugar, nuestro lugar, contamos con casi todas las herramientas necesarias, solo hay que saber usarlas en tiempo y lugar. No es fácil, aunque creamos que si lo es.
“El club era nuestro Psicólogo. Lo era antes y lo sigue siendo ahora. Para mí y sé que para muchos de los chicos/chicas del pueblo y de los pueblos de las distintas ligas de la región, también. Nuestra terapia fue y es ir al club a desarrollar el deporte que más nos gusta…” – Juan Pablo Caffa, futbolista.
Es verdad también que el presente de la región, sobre todo en medio de esta pandemia, nos aleja aun más de ese gasto “extra”. El COVID-19 golpeo fuerte la economía de los clubes de pueblo y su realidad se volvió difícil. La mayoría de las instituciones contaban con la intención de sumar o empezar a trabajar con un profesional de la psicología, pero con respecto a la situación sanitaria tuvieron que dar marcha atrás. Y el cambio deberá esperar. ¿Hasta cuándo? Ojala sea al termino de la pandemia.
En medio de todas estas palabras mencionadas hasta el momento, hay dos que, bajo este contexto regional, toman fuerza; tiempo y costo. La estructura de las ligas de la región no cuenta en sus planes generales con un psicólogo. Por ende, la inserción del mismo a esta estructura se convierte en un cambio que tiene su tiempo de adaptación. Por consecuencia, para acercarse a ese cambio, hay que atreverse. Dar el paso. ¿De qué manera? En primer lugar, reacomodando el orden de cosa importantes dentro de la institución. Los cambios vienen por ese lado y de esa forma. Desordenando y reordenando luego. Analizando que es lo que quiero y cuál es el fin que deseo. Cediendo espacio a lo nuevo.
¿Es una obligación tener, dentro del grupo de profesionales que integran una institución, un profesional de la psicología? No. ¿Es lo más conveniente? Si. Hay personas que sostienen que contar con un psicólogo dentro de una institución no es necesario, o algo fundamental, al menos no por ahora. Otras sostienen todo lo contrario. De una u otra forma en esa búsqueda de decisión todos desencadenan en un mismo análisis; el costo.
Hay muchas maneras de mirar (y analizar) los posibles cambios. Si en verdad, en el fondo, esos cambios quieren realizarse. Mirar y analizar las posibles consecuencias que eso conlleva. Buscar (y encontrar) opciones. Forjar un dialogo para que, en el caso de querer – y no poder – incluir a un profesional de la psicología dentro de la institución, poder encontrar un sustento en otro lado. Una opción, partiendo de la base de que los clubes (o instituciones) regionales se transforman en psicólogos, es capacitar a quienes estén delante de grupos, sería de gran importancia y costaría, inclusive, menos.
“Creo que en la etapa de formación los psicólogos tienen que estar porque los chicos, al ser chicos, se cargan entre ellos, hacen sentir mal al otro y eso no está bueno. En mi caso, en inferiores, me ha pasado que cuando me costaba correr, cuando intentaba pero no podía, cuando sentí el deseo de dejar de jugar, hablarlo me ayudo…” – Jugador, Liga Interprovincial.
¿Por qué es esencial el cambio? ¿Por qué es tan importante que los entrenadores, o directivos, se capaciten? Por ejemplos como el que se menciona en el párrafo anterior. Porque saber detectar a tiempo es anticiparse a lo que pueda llegar a venir. Porque saber cuándo y cómo hacer uso de esas herramientas es aliviar un sentimiento que se vuelve opaco en los protagonistas. Saber anticiparse a situaciones que pueden llegar a ser muy difíciles es tan necesario e importante como saber controlar la pelota, dar un pase correcto, saber la función de la posición que debo cumplir o entender a la perfección el sistema con el cual vamos a jugar.
“Antes parecía que ir al Psicólogo era algo negativo. Anticiparte a experiencias que sabes que son complicadas, tener alguien que te encamine, que te diga como tenes que reaccionar, yo creo que es muy importante… En los jóvenes cada vez más, por la presión en redes sociales, opiniones, todo lo que pueden llegar a escuchar o ver, considero que saber desde antes como afrontar esas situaciones es muy importante” – Carlos Martínez Diez, futbolista.
¿Por qué es importante contar con un profesional de la psicología? Porque ven más allá del contexto actual, con todo lo que eso implica. Y más.
Es por eso que cuando empecé a trabajar en esta idea, cuando me embarque en este tema amplio, interesante y que poco se menciona, tuve bien en claro que no lo iba a hacer sola. Que dentro de esta aventura debían estar también los protagonistas de este juego. Quería que me dieran su opinión. Su experiencia. Son ellos, en parte, los que bailan dentro de este entorno que, como dijo el “loco” Abreu, es un poco cruel.
No debemos olvidar que; el fútbol no deja de ser un juego. Y que detrás de todo deportista, esta la persona. Es necesario detenerse y pensar en el lado más humano de cada uno.
Virginia Magi
Aprovecho este espacio para agradecer a; Victoria Huljich y Jose Luis Barra, Profesionales de la Psicologia, por el tiempo, la predisposicion y por haberse embarcado en esta aventura. Fueron, sin lugar a duda, dos estandartes importantisimos.
Y tambien a todos los que, de una u otra manera, cedieron su tiempo; de las cosas mas valiosa que uno tiene. De corazon, ¡Muchas Gracias!
¡Excelente artículo! Para reflexionar y empezar a normalizar la psicología en los planteles
Muy bien!
Virginia muy interesante.