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Foto del escritorVirginia Magi

La esencia no se olvida


El periodista pregunta. Todo el tiempo. Y en esa preparación, en esa búsqueda, suele tener entre sus borradores, alguna que otra pregunta que se repite. Siempre. Por alguna razón se repite, hasta quizás, se haga con cierta intención (a veces). Pienso, también, que uno elige a través de eso el camino por el cual transitara el viaje.


¿Por qué volves cuándo volves?, pregunto siempre a – sea cual sea en ese momento – el protagonista elegido. La respuesta suele ser – palabras más palabras menos – la misma siempre. Todo conduce hacia una misma dirección. Y casi sin darme cuenta, todas las direcciones terminan en la misma estación. Me he preguntado en más de una ocasión que contestaría si estuviese del otro lado. La respuesta es – palabras más palabras menos – la misma que el resto, siempre.


El sentido, la intención, todo, absolutamente todo, tiene que ver con la esencia, con nuestro lado más verdadero, más puro. Con nuestra raíz. Con lo que somos.

“Vuelvo porque es ahí, donde pertenezco”.


En estos días, y por el resto de los días, hablar de esencia es hablar de Diego Armando Maradona. O eso es lo que el pensamiento abatido por el sentimiento me lleva a creer. En el fútbol y en la vida. En ambos lados, Diego es esencia.

La esencia viene a ser ese sello invisible que nos penetra y nos marca a fuego. Está ahí. Siempre esta. Y siempre estará. Una marca que nos recuerda el lugar de dónde venimos. Y también, lo que somos. Diego jamás se olvido de donde salió. Mucho menos de quien (siempre) fue. Creo que por esa razón, hablar de esencia en estos días, y por el resto de los días, será hablar un poco de Diego.


El volver, – no siempre, pero (si) casi siempre –, se asocia a la esencia. Y eso, al recuerdo, donde también juega su partido la melancolía… Si vamos al caso, y ya que mencionamos al diez, estas pequeñas sociedades terminan siendo una constante infinita de sentimientos. Sociedades que pertenecen al árbol de la vida. Que nos construyen. Volvemos porque parte de nosotros sigue estando ahí, donde todo comenzó, aunque nosotros no lo estemos.


La esencia es, además, aquel trampolín al sueño, a lo que queremos ser. ¡Y si lo habrá sabido Diego! Es soñar despierto, es crearse la posibilidad y convencerse de que por mas difícil que sea el camino, se puede conseguir. Es acercarse a lo que parecía imposible. Es infancia.


Al final de cada viaje y detrás de esos tantos “¿Por qué volves cuándo volves?” hay historias, hay razones.

Hay esencia.


Diego no se olvido de la suya. Nosotros tampoco.


Virginia Magi

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