Hablar de emoción es navegar en un mar de infinitas posibilidades.
Emoción es emoción. Sí. Un concepto que no tiene matices, pero todo aquello que rodea a ese concepto, sí. Como los sentimientos.
¿Hay una sola manera de emocionarse? ¿O será que hay muchas? ¿Hay una sola manera de sentir? ¿O será que hay miles?
¿Que nos emociona? ¿Por qué nos emocionamos?
Si bien todo mar conduce a un mismo puerto, en el medio de la navegación, el barco - por mareas intermitentes - no siempre toma el mismo sentido. Y ese sentido, qué - a veces - mucho tiene que ver con los matices que rodean al sentimiento, son los que le dan el verdadero significado a aquello que sentimos en determinados momentos de la vida.
Entre costumbres diarias hay situaciones que nos despiertan curiosidad. Preguntas que no están en nuestro repertorio. O tal vez, nos hace detenernos a pensar en algo que no habíamos hecho antes, y que hasta el momento, no pensábamos en hacerlo.
Hace unas semanas me encontré con gente que me hizo saber su emoción después de leer algo que había escrito. Esa emoción me llevó a pensar, ¿qué nos emociona de esa emoción? ¿Nos emociona su emoción? ¿O será que nos emociona el hecho de pensar que esa emoción es por algo nuestro, por algo que salió desde lo más profundo del corazón?
¿Por qué nos emocionamos?
La emoción tiene que ver con lo bueno. Nunca la emoción es mala. Y tampoco creo que sea triste. Quizás nostálgica, pero de todas maneras sigue siendo bueno, porque la nostalgia tiene que ver con el recuerdo, con momentos en donde fuimos felices. Aunque a veces esos recuerdos no solo son nostálgicos, también melancólicos... y es ahí donde entran a jugar los matices que rodean al sentimiento. Vuelvo a la emoción.
La emoción emociona porque del otro lado hay algo o alguien que despierta ese sentimiento. Nadie lo controla. Nadie puede hacerlo. A veces se puede contener un poco, solo un poco, pero a la larga la emoción se hace notar.
Siempre que hablamos de emoción surgen preguntas que no tienen respuestas. O quizás si. Quién sabe. Cada uno es dueño del sentido que le da a ese sentimiento. Porque de eso se trata la emoción. De encontrarle el sentido adecuado al sentimiento.
¿Que nos emociona? ¿Que te emociona?
El concepto de cada sentimiento es igual a fin de puerto, pero el sentido que cada uno le quiere dar, no lo es. Tal vez por eso, hablar de emoción (o de sentimientos), sea como navegar en un mar de infinitas posibilidades.
Virginia Magi.
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