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Foto del escritorVirginia Magi

El encanto de la jugada


Diego Maradona y su caño a Cabrera.

Dormía el muchacho y tuvo esa noche

El sueño más lindo que pudo tener

El estadio lleno, glorioso domingo

Por fin en primera lo iban a ver…


Hay jugadas que quedan grabadas para siempre en la retina de todo futbolero.


Chiche decía que había jugadas que no solo quedaban en la retina, si no, que también quedaban en el corazón. Y aquellas jugadas que quedan para siempre guardadas en el corazón, son especiales. Y lo son, porque reflejan un momento importante, feliz, de nuestras vidas.


Chiche era un futbolero de ley. Hablaba siempre de fútbol. En las rondas de mates se la pasaba contando anécdotas y nunca faltaba la vez que fue – de casualidad – a La Paternal y termino presenciando el debut de Diego en Argentinos.


Al comienzo, el partido era uno más. Se corría el rumor entre las tribunas que podía llegar a debutar un pibito de 16 años que jugaba una barbaridad. Chiche enseguida paro la oreja y empezó a mirar para todos lados. ¡No quería perderse nada! ¿Quién será? ¿Sera un distinto? Preguntaba y se preguntaba constantemente…


Eran pocos lo que conocían a Diego. Y muchos menos los que lo vieron jugar en inferiores. Su posible debut había desconcertado al hincha y a Chiche, que esa tarde tenía un rato libre y se decidió por ir a la cancha sin tanta vuelta.


Los rumores decían que el pibe era un crack con un futuro sin escala. Y el tiempo, le terminaría dando la razón.


Hablar de jugadas y emociones era una tradición para los muchachos del barrio, en las rondas de mates. (Y también, en las de asado y vino).


- Cuando vi ese caño, les juro, que no quería cerrar mis ojos por miedo a que haya sido un sueño. Fue una locura. ¡16 años tenía el pibe y la primera pelota que toco tiro un caño! ¿Entienden eso?


Para decir verdad, los muchachos le creían, sí. Pero hasta ahí. No porque Chiche sea un mentiroso, para nada. Aquellos que lo conocen saben bien que Chiche cuando habla de fútbol, habla en serio. No había imágenes de la jugada a la que tanto hacía mención Chiche. Y eso, los hacia dudar un poco sobre lo espectacular que había sido la jugada.


- Escúcheme, Chiche, - interrumpió el cabeza – ¿Qué fue lo que te hizo maravillar tanto? No puede ser que cada vez que hables sobre aquel pibito de 16 años los ojos se te pongan brillosos…


Chiche relacionaba el fútbol con la vida. Para él, no había sensación más placentera que una sonrisa luego de una jugada maravillosa. En cambio, algunos de los muchachos del barrio – eran minoría, pero siempre algo acotaban – pensaban, que el fútbol tenía poco que ver con la vida y sus cosas más esenciales…


Chiche, en esas circunstancias, solía reír y decir una frase del querido Sacheri; “Desconozco cuanto saben de la vida, pero de algo estoy seguro; no saben nada de fútbol...”


Para Chiche, lo de aquella tarde en La Paternal fue un antes y un después. Una puerta hacia un mundo extraordinario. Lleno de magia.


- Disculpen, muchachos, me quede recordando aquella jugada del Diego.


Chiche pide permiso para ir a calentar un poco más de agua para el mate, pero antes, apoya sobre la mesa una foto en blanco y negro.


Mírenla, muchachos. Maradona haciéndole un caño a Cabrera. Maravilloso.


“Vas a ver qué lindo cuando allá en la cancha

Mis goles aplaudan, seré un triunfador

Jugare en la quinta, después en primera

Yo sé que me espera la consagración…”



Virginia Magi

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