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Foto del escritorVirginia Magi

“Yo creo que te tocan con la varita y te dicen, vas a ser goleador”

Tuvo momentos jodidos y siempre salió adelante; así como se la arregla el 9 dentro del área cuando los centrales se le enciman. Toda su vida laburo para que a los suyos no le falte nada. Es un padre presente y un goleador por naturaleza. Norberto Broglia, a semanas de convertirse por primera vez en abuelo, charlo con nosotros. Un viaje en el recuerdo.


Norberto Broglia

¿Quién es Beto Broglia? Un tipo sencillo, al que le gustan las cosas simples de la vida, y que disfruto mucho de lo que hizo.


Me comentaban que si hubieses sido más constante con el entrenamiento, tal vez, hubieses llegado un poco más lejos. ¡No! No es tan así como dicen. Practicaba como se practicaba en aquella época, que a lo mejor no es lo que se practica hoy. Muchos dijeron que me volví de Central porque no practicaba, y en realidad, fue por no ponerme de acuerdo con la persona que debía ponerme de acuerdo en ese momento. Fue por eso que me volví.


¿Ahora hay más facilidad que antes para llegar a un club profesional? Sí. Es mucho más fácil llegar ahora que antes. Hoy tienen representantes, si no lo llevan a probar a un lado, lo llevan a otro. Imagínate, yo me fui a los 15 años a Rosario Central y volví a los 22. Y a esa edad ya era un “viejo” para ir al profesionalismo.


Te iba a preguntar si siempre jugaste en posición de 9, pero me acuerdo que comenzaste siendo arquero, ¿es así? Sí, pero ahí me estás hablando de inferiores (risas). En sexta división empecé como arquero.


¿Quién te puso de 9? Pipo Serra. El me veía jugar en el campito y decía “pónganlo de 9”, y hasta que en una semifinal en el año ’73, me pusieron en esa posición y ahí quede.


Si tenes que definirte como jugador, ¿Qué dirías? Era un jugador fuerte. Y goleador. Creo que eso es algo que viene de cuna ya. Si bien era un jugador más de área, empecé jugando de wing derecho – wing izquierdo hasta que termine jugando bien de 9. Pero siempre estuve en el área.


¿Nunca pensaste en ser técnico de fútbol? No, nunca.


¿Porque? No es mi vocación. Estuve cuatro años en inferiores, un año en la primera de Federación; que lo hice más para ayudar al club que otra cosa…No es algo que me vuelva loco.


¿Cómo ves la Liga hoy? Mucha fricción. Me parece que antes había mejores jugadores por equipo. Ahora veo mucha marca, se corre mucho más. Yo veo otras Ligas, y tampoco se juega como se juega acá. Para mí, la Liga más difícil para jugar, es la Interprovincial. Recibís de espalda y tenes uno o dos jugadores que te enciman, no es fácil.


¿Hay algún 9 que esté jugando actualmente en la Interprovincial que se parezca a vos? No, por características, no. Tal vez como goleador, el Tato Callegari. No tenemos las mismas características; yo era más de velocidad, me tiraba a las puntas, pero como goleador el Tato, creo que nadie lo puede discutir.


¿Es cierto que tenes los registros de todos los partidos y goles que tenes a lo largo de tu carrera? Sí, tengo todo. Desde que empecé a jugar en inferiores hasta el último partido que jugué.


¿Cuántos goles tenes? Oficiales, tengo 376 goles en 380 partidos. Dentro de los partidos oficiales están los partidos de Ligas, Torneos Nocturnos, Regional, Copa de Oro. Todo lo que haya sido oficial, lo tengo. Acá en la Liga Interprovincial convertí 162 goles en 162 partidos.


Siempre fuiste goleador. Recuerdo que me contaron que en el campeonato del ’87 hiciste cerca de 23 goles… Sí. 23 goles en 22 partidos. De las 13 temporadas que jugué, en ocho, convertí más goles que partidos jugados. En el ’87 se jugaron 22 partidos; antes había menos partidos que ahora.


Hablemos un poco de vos; ¿Qué haces hoy? Hoy trabajo en la Escuela Fiscal. Soy ayudante de cocina, y trabajo en el comedor. Ya hace 25 años que estoy en la escuela.


Toda tu vida laburaste. Sí. Trabajaba en la Escuela a la tarde, y cuando pase al turno mañana, a la tarde empecé a hacer trabajos independiente; jardinería, podaba plantas…entre otras cosas.


Quienes son Julián, Pamela y Damián. Si hablamos de goles, mis tres mejores goles son ellos. Son la razón de mi vida. Por ahí no les digo nunca que los amo un montón, pero porque no soy tan demostrativo, no porque no lo sienta. Daría toda mi vida por mis hijos.


¿Les aconsejas? En algunas cosas si, y en otras no. Ya son grandes y deben ser ellos quienes abran su camino. Al que más aconsejo ahora es a Julián porque va a ser papa y porque juega al fútbol. A los tres les doy los consejos justos.


Cuando le preguntas a ellos por vos, te resaltan que estuviste en los momentos más duros, que te hiciste cargo y que siempre estas cuando te necesitan. Además, te tienen como un estandarte. ¿Qué sentís al escuchar todo eso? Como padre, un orgullo terrible. Así como ellos siguen dependiendo de mí, yo dependo muchos de ellos también. Que no les pase nada a mis hijos, por favor…


¿Te emocionaste cuando te dijeron que ibas a ser abuelo? Me agarro un poquito de sorpresa. En esa semana que él me lo comunico, Pamela estuvo enferma, internada, muy mal. Y cuando ella venia saliendo, fue cuando me contó que iba a ser abuelo. Al principio me agarro de sorpresa, pero ahora estoy chocho, esperando que nazca.


¿En qué momento de tu vida llega eso? En un momento jodido porque estábamos con Pamela, que la teníamos que luchar mucho. Julián me dice “papi te tengo que decirte algo”, y ahí fue cuando me dijo “voy a ser papa”. Después con el tiempo, que uno ve la pancita, se emociona. Y más ahora que está cerca de nacer; tiene fecha entre el 01/05 y 03/05. Luz, será el nombre de mi primera nieta.


Volviendo a tu etapa como jugador, ¿Qué recordas? Los recuerdos los tengo a todos. A veces cuando me siento mal, me acuesto, cierro los ojos y me imagino todos los momentos de mi vida en el fútbol. Eh hecho muchos amigos en esa etapa, también tengo una ahijada en Sancti Spiritu gracias al fútbol, un hermano de la vida como el Pila Bustamante. El fútbol fue una parte grande en mi vida y estoy orgulloso de la carrera que hice.


¿Qué fue lo que más te marco en el fútbol? Mmm no sé si hay algo puntual. Siempre me acuerdo que el día en que nació mi hija, yo estaba en la ruta esperando a la gente de Venado que me pasara a buscar. En aquel momento estaba jugando en Talleres de Venado Tuerto. Se puede decir que ese fue un momento dentro del fútbol que me marco en lo personal. Después, en cuanto a lo deportivo, los goles, partidos jugados…


¿El partido más importante? Tengo varios. Uno puede ser en Sancti Spiritu en la final; no se da todos los días que uno convierta cuatro goles en una final. Otro, puede ser el día del debut en Federación; le habíamos ganado 5 – 1 a Huracán en cancha de ellos y convertí cuatro goles, con la particularidad de que yo antes de llegar a CAF, había jugado en HFBC. Y otro fue la final ante 9 de Julio por cómo se dio; yo venía sin jugar y recuerdo que Cuqui Montechiari me decía “vas a jugar vos y a los 59’ vas a hacer el gol” y a los 14’ del segundo tiempo (59’) hice le gol. Cuqui siempre decía eso, y se terminó dando.


¿Qué era lo que más te motivaba? Me encantaba jugar al fútbol y la motivación era ganar. No me acordaba de la plata cuando jugaba. Quería ganar en cualquier momento y lugar. Ahora, termina el partido y se termina todo; lo que pasa dentro de la cancha queda ahí.


¿Seguís jugando de vez en cuando? Ya no. Jugué hasta hace 3 años en Fredriksson. Y este último tiempo jugaba con unos amigos acá en canchita de fútbol 5, pero no nos organizamos más (risas). Me decían, “el único viejo que quiero seguir jugando sos vos”. Es lindo encontrarte con tus amigos, aunque sea una vez a la semana a jugar un picadito. Ahora no estamos jugando pero vamos a ver si arrancamos otra vez.


Igual, el olfato goleador no lo perdiste. (Risas). Mira, si vos me preguntas como voy a definir, te digo que no sé. Nunca pensé; la voy a cruzar arriba, abajo. Es algo que me salía natural. Si vos lo pensas, perdiste un segundo y te sacan la pelota. Un día miraba a Batistuta y le prestaba atención a sus definiciones; el cabeceaba, le pegaba de zurda, derecha, siempre de primera y a veces la tiraba afuera pero hacia goles. Yo hacía exactamente lo mismo. Y te digo más, hice un montón de goles de zurda y a la mayoría le pegaba con el tobillo, salía picando contra el palo y se metía… Yo creo que te tocan con la varita y te dicen, “vas a ser goleador”.


Hace poco te reencontraste con el equipo del ’87 de Federación después 20 años. Fue como viajar en el tiempo… ¡Sí! Ahí te empezas a acordar de los partidos, las cosas compartidas. En su momento, cuando pasan las cosas, uno por ahí no lo disfruta tanto. Con el tiempo se valora y se disfruta más lo conseguido.


¿Vas a la cancha? Siempre que puedo, voy. Tengo a mi hijo que juega y me escribe, “me siento más seguro cuando vos estas acá”…


Julián nos decía eso, que se tranquiliza con el solo hecho de mirar para un costado y verte ahí. Sí. Él sabe que a veces no puedo venir por otro compromiso, pero siempre que puedo, voy. No lo aconsejo mucho en el fútbol porque para mí cada uno se debe hacer a su medida. Por ahí sí, algunas cosas como que no proteste, lo básico digamos.


Si hacemos una conclusión de todo lo que fue tu carrera; ¿sentís que te quedo pendiente algo? No. Yo creo que no. Las decisiones que tome en su momento me parecían que eran justas y no me arrepiento. Si vos en su momento estas seguro de esas decisiones, ya está.


¿Y en lo personal? Tampoco. Forme mi familia, construí mi casa, me llevo muy bien con mi ex señora, estoy en pareja, tengo trabajo y salud. ¡¿Qué otra cosa queres?!


¿Qué te hace feliz? En este momento, viajar. Es algo que me gusta mucho. Me hace feliz la felicidad de mis hijos. Verlos contentos. Me gusta mucho el trabajo que hago. Soy feliz con lo que hago y tengo; tampoco soy de querer tener mucho lujo. Me conformo con lo que tengo.


¿Un sueño? Ver a mis hijos encaminados en lo que les gusta hacer. Que ya no dependan de mí, que estén libres con sus cosas. Y que a cada uno le vaya bien en lo que decida para su vida.


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