El presente lo encuentra con pensamiento de entrenador, aunque todavía no cerró definitivamente la etapa de jugador.
¿Qué pasa si llegas tarde a algún lado? No me gusta. Pasa más por una cuestión de respeto hacia la otra persona.
¿Qué es lo que más te enoja? Cuando no se cumple la palabra. Y eso en el fútbol es moneda corriente.
Contame de tu paso por Rosario Central. Al club llegue de la mano de Daniel Teglia, quien ya era coordinador. Dirigí 7ma rosarina junto con Ricardo de Alberto. Ese año era categoría 99 y teníamos grandes jugadores; incluso algunos ya debutaron en primera división. Tuvimos la suerte de salir campeones.
¿Por qué te fuiste? La comisión cambio y decidieron echar al coordinador. Tanto a mí como a varias personas que él había llevado nos dieron de baja. Uno sabe que esto es así.
¿Cómo sos como padre? Para tu mujer, sos el mejor del mundo… Soy bastante baboso pero puertas hacia adentro. No soy de mostrar ni de compartir cosas para el afuera. Y si mi mujer piensa eso, me llena de orgullo.
Perdes un partido y volves a casa, ¿cómo se toma esa derrota cuando ya se es padre? Se toma de la misma manera que cuando no lo era; muy mal y siendo muy autocritico, peor. La diferencia es que ahora la mala onda dura dos o tres horas, hasta que veo a mi hija y enseguida quiere hacer algo. Eso me distrae bastante.
¿Antes era diferente? Sí, me duraba hasta el día martes que iba a entrenar.
Y decime, ¿por ver sonreír a tu hija jugarías a lo que sea? Dejar que te maquille, por ejemplo… Cuando era más chiquita pase por todo lo que se le ocurría a ella. Ahora no tanto, ja.
Hablemos de las lesiones que tuviste. No fueron muchas, pero si te marcaron. Rotura de ligamentos en la rodilla (en la recuperación de la misma se te formo una tendinitis que sigue molestando hasta el hoy) y un desgarro en el gemelo (que al recuperarse se volvió a abrir). ¿Cierto? Si es cierto. Y en 2016 empecé a sufrir desgarros en el soleo; tuve problemas en las dos piernas.
¿Cómo lidiaste con ellas? La verdad que me costó, porque era estar toda la semana en el kinesiólogo y después ir el domingo a ver si podía estar aunque sea 15 minutos en cancha. Lo que si tengo es la conciencia tranquila. Hice todo como para estar bien; cambie plantillas dos veces, iba de distintos médicos, kinesiólogos, etc.
¿Se te paso por la cabeza dejar de jugar? Si, seguro.
¿Qué fue lo que te hizo seguir? A principios de 2016 ya estaba más fuera que adentro y Martín Costa me invito a ir a su club, Sportivo Belgrano de Oliveros. Primero le dije que no y después de varias llamadas me convenció, me aseguró que íbamos a jugar la final del año, entonces le dije que sí. Y la verdad que se nos escapó por muy poquito; perdimos el tercer partido de la final faltando 10 minutos. Había un muy lindo grupo y hasta el día de hoy me sigo hablando con gente de la comisión. Me trataron muy bien, y les voy a estar agradecido siempre.
Volviendo a vos, ¿Qué haces en tu tiempo libre? Últimamente estoy a full con las series, sino siempre me gustó mirar películas.
Contame quienes son; Rene, Tita y Nilda. Son mis abuelos. Y soy un afortunado en poder seguir compartiendo cosas con ellos. Gracias a dios me ha tocado poder disfrutar de dos bisabuelas, mis cuatros abuelos y toda una familia que obviamente con defectos y virtudes es buena gente y sana. Eso no tiene precio.
¿Se puede decir que el 2002 fue uno de los mejores años en tu carrera?, fuiste campeón con otros equipos, pero ese año a diferencia del resto, lo fuiste con el club del cual sos hincha. Fue un hermoso año que tuvimos la suerte de coronarlo con un campeonato, teniendo en cuenta que veníamos de perder la finalísima del año anterior. Pero uno sabe que son momentos. Fui campeón con Matienzo de Monte Buey (2009 y 2010, Arteaga (2012) y Huracán (2013).
Tu día más triste en el fútbol. Cuando termino el año 2014 sabía que ya nada sería igual. Me rompí ligamentos cruzados y siempre dije que el día que me rompía los cruzados no jugaba más.
Tu día más feliz en el fútbol. Cada vez que me toco salir campeón en algún lado sentí una felicidad interna terrible. Especialmente el 26 de enero de 2003 en mi club.
Cuando miras un partido, ¿lo analizas? Trato rápido de ver que disposiciones tácticas usa cada equipo, luego la característica del jugador y ahí veo que quiere cada equipo. Igualmente creo que la mejor manera de analizarlo es estando presente en la cancha, ahí si ves todo. Por televisión siempre ves donde está la pelota y nada más. Sacando Independiente y el Lanús de Almirón que se ven muchas jugadas preestablecidas, lo demás es todo pasar línea de pelota, presión y talento de algunos jugadores.
¿Cuándo supiste que querías ser entrenador? A los 22 años hice el primer año del curso de DT que en esa época era de Instructor de Fútbol Infantil. Y a los 27 años ya me empecé a preocuparme más sobre algunas cuestiones que al principio no les daba importancia. Empecé a preguntar, a debatir y a escuchar a entrenadores más grandes y profes que habían tenido algunas experiencias. Soy de escuchar mucho y después sacar mis propias conclusiones.
¿Te ves en un futuro dirigiendo a Huracán? Uno nunca sabe lo que va a pasar. Lo que si se, es que en un futuro inmediato no. Me siento muy bien trabajando con juveniles.
¿Tu viaje a México tuvo que ver con algo de la profesión? Surgió después de una llamada telefónica con Andrés Lilini, que es coordinador de pumas de la UNAM. Me gusta mucho todo acerca del fútbol base y sabiendo lo que representa ese club allá, ni lo dude. Agarre el primer vuelo y me fui. Le voy a estar agradecido de por vida por el trato y su predisposición a la hora de compartir conceptos, experiencias y tiempo conmigo.
¿Cómo es la metodología de trabajo allá? No varía mucho a la metodología que utilizábamos en Rosario Centra; en donde hasta una determinada edad se utiliza un sistema para reducir espacios donde pregona más lo técnico que lo táctico y ya más de grandes se le van agregando conceptos tácticos para que el chico, a poco tiempo de debutar, maneje 3 variables tácticas y que el entrenador de Primera División no tenga que perder el tiempo enseñando. En lo que sí están muy avanzados es en estructura; se invierte mucho dinero y tanto entrenadores como los chicos tienen todo a su alcance.
Hablemos de inferiores; ¿Cómo es el ambiente en un partido? No es el que uno desearía, pero bueno, es responsabilidad de todos; dirigentes, técnicos y padres. Creo que cuando no hay sentido común, todo se torna muy oscuro y termina en discusiones que no valen la pena. Soy de los que piensa que hay que dividir el fútbol infantil del fútbol juvenil. No puede ser que se les exija tanto ganar a un chico que tiene entre 6 y 12 años donde en esa etapa, tiene que divertirse y compartir. Yo creo que hay maneras de bajar los decibeles, pero depende pura y exclusivamente de los que conducen sus clubes y de la Liga.
¿Cómo se le explica al padre que el chico tiene que disfrutar? Un poco de lo que te decía antes, depende de todos. El padre por lo general piensa y cree que su hijo es Messi, súmale que a lo mejor mira el diario o entra en redes sociales y comparte videos de su hijo que es el mejor, o el campeón, y es difícil que después entre en razón. Por eso digo que habría que hacer un debate muy profundo de lo que está pasando. Vuelvo a repetir, la responsabilidad es de todos los que estamos en el ambiente.
Actualmente estas en Aprendices de Casilda con inferiores. Sí. Estoy dirigiendo 5ta y 8va división que serían las dos categorías grandes de inferiores. Aprendices es un club de mucha historia en la Liga Casildense y siempre se ha nutrido de muchos jugadores locales y competitivos en Primera División. Es una experiencia nueva para mí. Formamos un lindo grupo de trabajo. Ojala perdure y se vean sus frutos.
¿Quién te puso “fofo”? Cuando era chico estaba todo el día en la sede del club, como ahora cada vez que voy (risas). El sema, palolo, algunos de los que estaban dando vueltas en esa época.
¿Cuándo ya no se es jugador el tiempo pasa más lento? No creo que sea así. Lo que sí creo, es que después de casi 20 años entrenando a la noche, es raro estar tan temprano en casa.
¿Te arrepentís de algo en tu carrera? Quizás uno de grande piensa; y si hubiera hecho esto, o hubiera hecho lo otro y todo eso, pero la verdad no estoy arrepentido de nada y de ninguna de las decisiones que tome.
¿Y cómo jugador te quedo algo pendiente? No te lo podría contestar en estos momentos. Todavía no cerré la puerta definitivamente.
Contame la anécdota con el Colo Biazizo. Tengo muchas anécdotas, pero esa es muy buena. Fue en Arteaga. Teníamos al mejor profe de todos, el Colo Biazizo, quien además de ser un gran profesional, era bastante jodon. Un día nos aparecimos todos encapuchados mientras él se bañaba y lo empezamos a golpear entre cinco. Hay un video de eso, y lo bueno es que nunca salió a la luz. Era un grupo bárbaro y gran parte de que así sea, era por él.
¿Qué amigos te dejo el fútbol? Por suerte muchos. No te los podría nombrar, pero en los lugares que me toco estar, hasta el día de hoy sigo en contacto con ellos y eso es más importante que ganar un campeonato.
¿Un sueño? Como jugador lo cumplí, que era salir campeón con mi club. Ahora más que un sueño es un anhelo; desearía que Huracán vuelva a estar entre los cuatro equipos de la Liga como lo fuimos en esa época. Ojala este año sea el comienzo de eso.
¿Quién es Darío Fantasía? Una persona simple y sencilla con una familia que me dio lo más importante que son los valores. Padre de familia, que día tras día se equivoca y que tuvo la suerte de subsistir por varios años de un deporte que me apasiona llamado fútbol.
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