Gastón juega de la misma manera que vive el día a día; tranquilo y sonriente. En Arteaga, su lugar, nos abrió las puertas de su casa para charlar un poco de fútbol. Y claro está, que el celeste y blanco, como se puede ver en la foto, no puede faltar en la vida del capitán de la Selección Argentina.
En primer lugar quiero agradecerte por recibirme y hacerte el tiempo de hablar conmigo.
Gastón sonríe. Siempre sonríe.
¿Cómo estás?
Estoy bien.
Cuando estas acá en el pueblo, ¿Qué haces?
Cuando estoy acá en el pueblo, trabajo como ayudante de campo de inferiores en el club Arteaga, los días lunes y martes. Además, de lunes a viernes, a la tarde hago gimnasio y entrenamiento.
¿Y los días que tenes libres que haces?
No hago nada, ja. Los miércoles, que es el día que no tengo trabajo, no hago nada, descanso, me lo tomo para mí.
Hablemos un poco de la infancia, que es en definitiva, donde todo comienza. Tengo una inquietud, que quiero que me cuentes y que le cuentes a la gente, ¿cómo viviste el tema “inclusión” de chico?
Y desde chico, cuando empecé a leer y escribir, me enseño Jimena Bertoya, que es de Cruz Alta.
Cuando iba a la escuela en Rosario, había personas que gritaban, decían cosas, cuando me vine para acá, esas cosas no pasaban. Estuve más incluido. Me gusta más Rosario pero en cuanto a la escuela e inclusión, fue acá donde más aprendí.
¿Qué tan importante es la familia en estos casos?
Muy importante. Mi mama, mis hermanas, mi papa, todos me ayudaron a terminar el colegio, a llegar hasta donde estoy hoy.
Imagino, que mucho tuvieron que ver ellos, en esta búsqueda de lograr transformar lo posible, en aquello que creíamos imposible.
Sí, mucho.
En la vida contamos, y necesitamos contar, con pilares para poder avanzar en el camino. Gente en quien apoyarnos. ¿Cuáles son, o fueron, tus pilares en esta carrera?
Los que a mí me ayudaron a entrenar fueron los profesores del club. Ellos nos ayudan en todo, por ejemplo, si tengo que vender un pollo lo vendo, de ahí sale la plata para comprar pelotas, pecheras.
Y en la vida, me ayudaron muchas personas. Betina (Fonoaudióloga), Vanesa (Psicopedagoga), Rita (Maestra de apoyo)… Muchos. En la selección tenemos a Lucia, que es Psicóloga, una Nutricionista, Jorge, Mario, Carlitos, Juan Manuel (Entrenador)…
Te traigo a lo deportivo.
¿Hincha de Racing como quién?
Por Álvaro Díaz. El, me hizo hincha de Racing. Cuando era chico me escapaba y mi mama me salía a buscar, siempre me escondía debajo de la mesa de Simón Coppola y si no, me iba a la casa de Andrés Díaz, padre de Álvaro. Y de ahí, me hice hincha de Racing.
Escuché en una entrevista que te gustaba mucho Ricky Centurión…
Sí, sí. En el Mundial, creo que era contra Brasil, hice un gol, lo busque a Chiky y lo festeje bailando como Ricky, ja.
De chiquito ya jugabas al fútbol.
Sí. Cuando vi a mi papa jugar al fútbol dije, “uff, mira como juega”. Mi papa era el capitán del equipo, lo admire desde ese día y me dije, “voy a jugar al fútbol”.
Arranque a jugar en Alianza y después deje el fútbol y empecé a hacer Natación. Ahí me vio Carlos Conforti, quien es ahora mi entrenador de EDIR (Escuela de Deporte Inclusivo de Rosario).
¿Y cómo empezaste a jugar al futsal? ¿O por quién?
Andrea: Carlos lo ve nadar y se contacta con mi hermana, que a su vez, son conocidos y ahí lo invita a jugar.
Gastón: Desde ahí arranque a entrenar Futsal.
Para aquellos que no lo saben, ¿en qué se diferencian el fútbol y el futsal?
Son parecidos pero son diferentes. Yo me acostumbre a jugar en cancha de once, pero el Futsal se juega de siete (seis jugadores y un arquero). La línea es parte del juego. Por ejemplo, una vez, ante Brasil, coloque la pelota atrás de la línea para tirar el centro, si yo pisaba la línea, era para Brasil. Hay que estar detrás de la línea.
Actualmente estas en Tiro Suizo, Rosario. ¿Cuántas veces entrenas por semana?
Así es. Entreno solo los viernes.
Sabiendo que vos sos de Arteaga, ¿Cómo, o en qué, te trasladas para ir a entrenar?
A veces, cuando voy a Rosario, me voy en colectivo solo y allá me espera mi hermana Florencia.
¿Y cómo es viajar para ir a entrenar y después jugar? ¿Cuál es la sensación que te da?
La sensación que te da son las ganas de jugar, de salir campeón de vuelta.
¿Qué cosas trabajan en la práctica?
Hacemos fútbol. A veces, trabajamos físicos. Y acá en el club, los profes, me corrigen lo que Jorge les cuenta…
Y los sábados, cada 15 días, juegan ahí en Rosario.
Sí. Es una Liga que se compite cada 15 días. El año pasado salimos campeones.
Tiro Suizo es el club, que le presta las instalaciones - vale chumbar - a EDIR para que jueguen la fecha correspondiente.
Todo jugador, con tiempo y entrenamiento, va mejorando las cuestiones técnicas. ¿Qué sentís que mejoraste desde el primer entrenamiento? ¿Qué cuestión perfeccionaste?
Los pases y los tiros libres.
Antes de hablar de la selección, contame qué clase de jugador sos, cuáles son tus características…
Juego abajo, en defensa. Al principio no me gustaba, prefería jugar de delantero, pero me fui acomodando, me acostumbre. Juego abajo y voy subiendo constantemente.
¿Soñabas con jugar un Mundial?
Sí. Es la primera vez que jugué un mundial.
Hay una canción de Nicky Jam que se llama, “Un sueño”, y me imagino todo lo de la canción.
“Vivir feliz y nada más, hay que saber llegar,
Dando mil pasos más yo seguiré.
Nadie podrá evitar, que yo logré alcanzar,
Todo lo que un día yo soñé…”
¿Cómo te enteraste que ibas a representar al país en un Mundial?
Me lo comento Charly, profe de EDIR.
Y cuando te dieron la cinta de capitán…
Estábamos en Córdoba y me lo contó Lucia, la Psicóloga del equipo. Me lo dijo el día de mi cumpleaños. Era de noche y estábamos comiendo asado, en ese momento me dijo, “por más que seas el mejor, te digo que ahora sos el capitán del equipo”, entre otras palabras.
¿Qué sentiste en ese momento?
Cuando ella me lo dijo sentí emoción. Me puse muy contento. Feliz.
En la previa de la competencia, ¿Imaginaban jugar el último partido?
El técnico contaba lo que veía del partido y nos comentó que nos vio aturdidos, había mucho ruido por la hinchada. El nerviosismo por ser el primer mundial, también. Después, los otros partidos, los jugamos más tranquilos, llegamos a jugar el último y estuvimos ahí cerquita. Lo vi jugar a Messi por tele en este último tiempo con la selección y no se le dio, terminar en tercer lugar en una competencia, también es bueno, son cosas que pasan. Es fútbol.
En la final, un jugador de Brasil me pego una patada de atrás, sin pelota y reaccione de la misma forma. El árbitro nos sacó amarilla a ambos, pero seguimos en cancha. (Risas)
¿Cómo es vestir la camiseta de Argentina?
Vestir la celeste y blanco es lo más, estoy muy orgulloso.
¿Eso te emociona?
Sí.
¿Y que más te emociona?
Me emociona mucho cuando mi papa me escribe y me pregunta si entrene, si le metí con ganas…
Volviendo a vos, se puede decir que llevas la sonrisa como bandera…
Soy una persona alegre.
¿Por eso sonreís?
Sonrió porque soy feliz.
Hay muchos chicos que están en tu misma situación, pero a diferencia de vos, no salen de casa o no se permiten ir en busca de sus sueños, de sus posibilidades, ¿qué les dirías?
Si ellos quieren jugar, yo les enseño. Soy un profesor más. Les puedo enseñar a pegar a la pelota, a estar firme… A todos aquellos que estén dispuestos a aprender, que vengan que yo les enseño.
Y les diría que sigan intentando, que sigan para adelante.
¿Quién es Gastón Torche?
Andrea (Mamá): Una persona humilde, buena, con un corazón enorme que todo lo entiende, todo lo sabe. Él no pone trabas. Para el todo está bien. No le vengamos con que el estereotipo de vida tiene que ser así, porque para el todo se puede modificar todo se le puede pedir. Gastón es lo más bueno que hay.
Virginia Magi
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