Campeón en 1987 y en 1989; algo que lo hace estar dentro de la historia grande de la Institución ranera. Con sus 58 años sigue yendo a la cancha a ver al equipo de su vida. Cuenta que ir al club es una costumbre que ya tiene incorporada y confiesa que por momentos, extraña aquella época en la que era jugador.
¿Quién no tiene un ídolo? Yo creo que todos tienen uno. Y si nos ponemos a pensar detenidamente, puede ser que tengan dos en vez de uno. El viejo y alguien más. El futbolista, puede entrar tranquilamente en el grupo de ese “alguien más”. Y en otros casos – como el mío – puede que termine siendo la misma persona. Ser “ídolo” de alguien, ¡y ni hablemos de una institución!, lleva consigo responsabilidad y compromiso. El ser “ídolo” te convierte en un ejemplo para el otro. Cada persona tiene la necesidad de tener alguien a quien admirar.
Para el hincha ranero, Edgardo Magi es uno de los máximos ídolos del Club Atlético Federación. Por su compromiso, su garra y su corazón.
¿Qué es ser ídolo para vos? Ser un referente del club en el cual jugaste muchos años. Donde tuviste la suerte de que te haya ido bien y haber podido conseguir cosas importantes durante ese periodo.
Cuando uno pregunta por algún ídolo del Club Atlético Federación, muchos mencionan tu nombre. Es un orgullo y una responsabilidad. Es algo que tenes que tener siempre presente ya que la gente te está viendo como un ejemplo.
¿Qué sentís cuando escuchas decir eso? Es una felicidad enorme. Sobre todo, porque uno siempre trato de dedicarse por completo al club del cual es hincha.
Hablemos del “Code” como jugador. Si tuvieras que describirte, ¿qué dirías? Un jugador con marca y cabezazo. Temperamental. Responsable; trataba de llegar siempre a horario a los entrenamientos y partidos. Siempre quería jugar. Me gustaba mucho hablar dentro de la cancha para alentar a mis compañeros.
¿Cuál fue el delantero más difícil de marcar? En aquella época, siempre era complicado marcar a los delanteros de área; por lo general eran altos, fuertes y cabeceaban bien. El que más me complicó fue Gasparini, el 9 de Centenario.
¿El gol más importante de tu carrera? El de 1987.
Contame como fue esa jugada. ¿La recordas? Sí, claro. El árbitro cobra una falta a favor nuestra cerca de mitad de cancha. Yo voy a buscar el centro, como lo hacía en cada situación que tenía el equipo en ofensiva. Esa jugada la habíamos preparado el día anterior; mi hermano, Jorge, pateaba y yo buscaba ir a cabecear. En el partido, el centro vino bajo, pero por suerte la pude puntear y convertir el gol que nos terminó asegurando el campeonato.
¿Cómo fue jugar con tu hermano? Fue muy lindo. Con él nos mirábamos y nos entendíamos a la perfección. Ambos sabíamos en que momento tenía que ir uno a marcar, para que el otro quede libre; antes se jugaba con un libero y un stopper. Él era un jugador más tiempista y yo, un poco más pegado a la marca. Fue una época espectacular.
Con Federación también jugaste Copa de Campeones y Torneo Regional. ¿Cierto?Cierto. Jugamos una Copa de Campeones; que participaban todos los campeones de las diferentes ligas regionales de la Provincia de Santa Fe. Recuerdo que jugamos con el ganador de la Liga Casildense y después, con el de la Liga de Villa Constitución. Y en el Torneo Regional compartimos zona con Sanford (Casildense), Biblioteca Ameghino (Venadense) y FFBC (Deportiva del sur).
¿Cuál fue el motivo por el cual dejaste de jugar? Un factor fundamental de esa decisión, fue la parte física. Y otro, fue la edad. En aquella época, 34 años eran demasiados.
¿Nunca se te paso por la cabeza ser entrenador de fútbol? Lo intente, pero no.
¿Por qué? Porque creo que no tengo el carácter para ser técnico. Sufro mucho los partidos y es por eso que creo no poder hacerlo.
¿Qué campeonato disfrutaste más? ¿El de 1987 o 1989? Ambos fueron increíbles. Poder ganar dos campeonatos con el club que uno ama y en donde jugaste toda la vida, es algo maravilloso. El de 1987 era un equipazo; varias fechas antes que finalice el torneo sabíamos que se nos podía dar. Y el de 1989 tuvo otro sabor; teníamos un equipo de muchos pibes y de mucho sacrificio. Este último lo disfrutamos un poquito más.
Con el paso del tiempo, cada vez cuesta más contener la emoción. Así es. Cuando uno no juega, se sufre más. Al menos, eso es lo que me pasa a mí. Cuando jugaba, me descargaba en la cancha. Una vez que empezaba el partido ya no me acordaba de nada más. Solo quería ganar.
¿Cómo fue el reencuentro con el equipo del 87 el 29/12/2017? Algo muy especial, emotivo. Había algunos compañeros que no nos veíamos desde hacía 20 años y en esa noche estuvimos todos. Agradezco a todos aquellos que hicieron posible este reencuentro tan importante.
Antes era muy común ir al club y charlar de fútbol; los once que jugarían el domingo, los partidos que se vienen, entre otras cosas… Sí. Era de lunes a lunes. Comenzábamos comentando el partido que se había jugado el día anterior y al rato ya empezábamos a hablar del partido que se jugaría el próximo domingo.
¿Se extraña esa época? Todo se extraña. Pero la vida es así; todo pasa, y nosotros tuvimos la suerte de poder vivirlo.
¿Qué es el fútbol para vos? El deporte que juegue toda mi vida. Y al que de vez en cuando, vuelvo.
¿Y Federación? Es mi vida en el deporte. Lugar donde jugué 18 años en el primer equipo y al que sigo yendo todos los días de mi vida; sea a tomar un café o a hablar un rato de fútbol. Podemos decir que la balanza esta equilibrada; 50% en casa y el otro 50% en el club.
¿Te quedo algo pendiente? No. Fue todo soñado.
Comments