top of page
Buscar
Foto del escritorVirginia Magi

Partida de ajedrez



La necesidad, muchas veces, lleva a la desesperación. Y la desesperación, a la equivocación. El que se equivoca, pierde. Así de simple.


Federación estaba ante una situación difícil, pero no imposible. El planteo debía ser perfecto, al igual que su juego, al igual que una buena partida de ajedrez.


En el ajedrez, el “jaque mate”, se produce cuando el rey ataca por una pieza al rival y no tiene manera de escapar, lo que hace que la partida se dé por finalizada. Pero también se debe tener en cuenta que el “jaque mate” no se produce sin antes realizar una preparación previa. En el fútbol, pasa algo similar. Sin preparación previa no hay jaque.


González y su cuerpo técnico tenían una semana para planear la partida perfecta. Entendían que al mínimo error se pondrían en “jaque”, lo que le daría al rival la posibilidad de lastimar con su jerarquía individual. En el detalle, casi siempre, se encuentra la diferencia. Y es por eso que cada uno de esos detalles debía ser pensado, analizado.


Federación era consciente que era el rival, quien tenía más de ganar que de perder por tres componentes esenciales a favor; el resultado en el partido de ida, la ventaja deportiva – lo cual hacia que un empate en el global los clasifique automáticamente a la próxima instancia - y la necesidad de ganar por dos goles. Pero a su vez, la posibilidad de que el viento se diera vuelta existía.


En estos casos, cuando esos factores se tienen en contra, todo se vuelve cuesta arriba. Y la cabeza pasa a ser un elemento fundamental. Si el jugador sabe y está seguro del que hacer, y se centra de la línea para adentro, la tranquilidad se adueña de la desesperación, y ante la mínima duda, es el jugador quien pide la pelota para seguir juagando. El tiempo, en el fútbol, es oro. Cuando se está abajo en el marcador, el segundo se vuelve una eternidad.


Volviendo al ajedrez, para ganar una buena partida, el objetivo de las primeras jugadas debe ser encontrar el control en el centro. Si uno, con sus piezas y peones, logra controlar el centro, tendrá el control sobre la partida.


En el fútbol, el juego, pasa por el medio. Y cuando no se tiene control sobre ello, se tiende a crear un espacio sin sentido. Un callejón que tiene solo una salida; el pelotazo constante.


El único camino para poder conseguir que el ‘rey’ rival quede en “jaque” era el jugar en equipo. Funcionamiento sobre individualidad. Si eso pasaba, el ranero seria quien grite “jaque mate”. En caso contrario, iba a quedar la amargura por no conseguir el objetivo pero la valentía y el amor por haberlo intentado.


¿Cuál era el principal objetivo de este partido de vuelta? Derribar al 'rey' rival sin descuidar al propio, como en el ajedrez. Si Federación olvidaba que Independiente iba a querer atacar y se mentalizaba solamente en buscar los goles que le otorgue la clasificación a semifinales, iba a salir lastimado, por lo que el “¿Cómo?” – en alusión al ataque contrario – también fue analizado.


González supo ubicar cada pieza en su lugar sin dejar de lado los detalles. Potencio las virtudes de los suyos, y se transformó, en esa tarde de domingo, en el mejor jugador de ajedrez.


La partida perfecta.


Jaque mate.




Virginia Magi

284 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page