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Foto del escritorVirginia Magi

“La historia se hace con lo que pasó y no con lo que podría haber pasado”

Su etapa como futbolista estuvo siempre acompañada de gloria. Omar Bernardi valora la familia y se define como un tipo común al que le apasiona el fútbol. Si bien el presente no lo tiene ejerciendo como entrenador, habla como tal. El “hueso”, como así lo conocen en la liga, abre sus puertas y charla con nosotros.

Omar Bernardi y su familia.

¿Quién es Omar Bernardi? Una persona común, simple y muy familiero. Un tipo al que le gusta mucho el fútbol.


¿Por qué “hueso”? Jugando al fútbol en el colegio me quebré el brazo, como era muy flaco, mis amigos me cargaban que era todo hueso. Y desde esa época, me empezaron a decir así.


¿Qué te llevo a ser entrenador? Por haber jugado tantos años al fútbol creí que podía aportar algo de mi experiencia en esto que me gusta tanto.


¿Ejerces? Trabaje el año pasado como coordinador de inferiores en Centenario, pero este año la dirigencia se inclinó por otro proyecto.


¿Qué es lo primero que debe trabajar el entrenador? En inferiores, lo primero es ayudar a que se formen como personas; respeto, educación, compartir un grupo y darles la motivación que corresponde dentro de una práctica para que sientan ganas de venir a la siguiente. Y así, empezar a inculcar el compromiso.


¿La técnica importa más que lo físico? En categorías inferiores, es muy importante que la técnica se trabaje el mayor tiempo posible, porque es la etapa donde el chico más evoluciona. Pero se puede hacer trabajos combinados con la parte física para trabajar las dos cosas a la vez.


¿Los equipos deben jugar con un 5 de contención? Eso creo que es a gusto de cada técnico. Si me preguntas a mí, te digo que me gusta un 5 de contención, porque hago mucho hincapié en la parte defensiva. El 5 colabora en esa parte y creo que le da mayor equilibrio a un equipo. Eso depende de cómo se lo rodea, de acuerdo a las características de sus compañeros y el sistema táctico que quieras emplear.


¿Jugar bien o ganar? No coincido en “jugar bien o ganar”, porque considero que el que juega bien, gana. Yo diría “jugar lindo o ganar”. Y ver a un equipo jugar lindo, les gusta a todos. Si vos ganas un partido 4 a 3 puede ser lindo, pero después viene el análisis; si estas contento porque lograste convertir cuatro goles, o quedas preocupado porque te marcaron tres.


¿Por qué, hoy por hoy, importa tanto el resultado y no lo otro? Yo creo que no hay proyecto que se mantenga si no hay resultados. El mundo se maneja de esta forma. Y en el fútbol, con más razón.


¿Salir segundo es fracaso? En el fútbol depende de las pretensiones que tenga el “segundo”; cuál es su objetivo. La historia se hace con lo que pasó y no con lo que podría haber pasado. La escriben los que ganan. Los otros te cuentan otra historia. Yo soy de los que dicen que las finales no se juegan, se ganan.


¿Qué es Centenario para vos? El club que me dio la posibilidad de jugar al fútbol, que es lo que me gusto siempre. Y poder hacer lo mismo con mis hijos.


Sos parte de la historia grande del club por ser uno de los que logro el pentacampeonato. ¿Qué recordas? Fue, creo, la mejor época de Centenario. Tuve la suerte, según las estadísticas de Hugo Ruani, de ser el jugador que más partidos jugo en los cinco años.


Hablemos de tu paso por Deportivo. ¿Cómo llegaste? Nos hablaron a mí y a Ariel “pichu” Gasparini. Nos invitaron a formar parte de un nuevo plantel para que podamos aportar nuestra experiencia y nuestro conocimiento en la Liga. Lo tomamos como un desafío y así fue.


Fuiste parte del equipo que gano un campeonato. ¿Cómo fue ese paso por la institución? A medida que pasaban los partidos, el equipo crecía y ganaba confianza, hasta que nos empezamos a convencer de que si se podía. Los dirigentes nos atendían de maravillas. La hinchada te motivaba de una manera increíble. El técnico, Edgardo Menichelli, nos empezó a exigir un poco más y con eso, llego el campeonato. Era un grupo bárbaro. Todos ponían un granito de arena, mucha humildad y sacrificio; en dirigentes, hinchas y cuerpo técnico. Le voy a estar siempre agradecido a este club, no me voy a olvidar nunca de cómo nos hicieron sentir.


No es nada fácil consagrarse campeón en la Interprovincial, y eso quedo demostrado. ¿Con el paso del tiempo uno comienza a tomar más conciencia de lo que se logra? Sí, eso es real. En el momento no se valora como corresponde. Con el correr del tiempo, uno toma conciencia de lo que se logró. Hoy, en mi caso, pienso que jugué nueve finales de año y tuve la suerte de ganar siete. Es difícil conseguirlo. Eh visto a muy buenos jugadores que no pudieron salir campeones. Así, es el fútbol.


Volviendo a los cinco campeonatos. En esa época, se jugaban los torneos regionales y Centenario participaba por ser el campeón. Tuve la suerte de jugar todos los regionales mientras estuve en Centenario. Eran torneos de muy buen nivel y clubes muy importantes. Recuerdo haber jugado con Renato Cesarini, Atlético de Rafaela, y compartir equipo con Toti Veglio, Edgard Fernández, Filardo, todos jugadores del profesionalismo. Lo disfruté muchísimo. Toda la gente de la zona venía a ver a Centenario. Muy linda época.


Hablemos un poco de vos, ¿qué te gusta hacer? Ir a la cancha; tanto los sábados en inferiores, como los domingos a ver primera y reserva. Acompañar a Mirco y Mateo hasta que pueda. Junto a Silvia lo tomamos como un lindo experimento. ¡Qué mejor que le guste a toda la familia!


Tus dos hijos juegan al fútbol. ¿Les aconsejas? Sí. Les aconsejo porque ellos me preguntan. Son cosas comunes, siempre relacionadas a la conducta; con los técnicos, los rivales, los árbitros, con todos deben ser respetuosos.


Me comentaban que sos de marcarles algunas cosas para que lo trabajen y corrijan, sobre todo al más grande… Sí, sí. Soy el primer crítico que tienen, (risas). Trato de aportarles algo, pero simple; alguna jugada puntual, que manejen los dos perfiles, que estudien al rival, como ir a cabecear, cosas así. Nunca me meto en el terreno que le corresponde al técnico que tengan de turno.


También que sos un padre presente y que te tienen como un ejemplo. ¿Qué sentís al escuchar decir eso? Si ellos lo dicen, me enorgullece. Con Silvia tratamos de guiarlos en todo, no solamente en el fútbol. También en el estudio, la vida misma. Le damos mucho valor a la familia, pero sabemos que no hay un manual para padres. Si no, ahí sería más sencillo ja ja.


¿Quiénes son Mirco y Mateo? Son todo lo que tenemos. Vivimos por y para ellos. Creo que a todos los padres les pasa lo mismo, dependemos mucho de ellos. Hasta al día de hoy, estamos muy conforme con lo que van logrando día a día.


Mirco me decía que aquellos valores que les inculcaste de chicos, hoy los hacen ser la persona que son. Tratamos de darles los valores que nuestros padres nos dieron a nosotros; respeto, educación, compromiso, esfuerzo, sacrificio para ser alguien en la vida. Considero que esas cosas, a pesar de que hay diferentes opiniones, nunca pasan de moda. Mi abuelo decía, dale la caña no el pescado (risas).


¿Cómo ves la Liga? La Liga está bien. Por supuesto que siempre hay cosas por corregir. Es difícil el tema de los cupos, porque cada club tiene un problema diferente y emparejar para abajo creo que no es bueno, baja el nivel futbolístico. En los últimos 10 años, salieron campeones tres clubes. Se tendría que hacer un análisis más profundo y ver si se puede modificar algo.


Volvamos a hablar sobre Centenario. ¿Seguís la campaña? ¿Cómo lo ves? Si, sigo la campaña. La veo en una etapa de formación de un nuevo equipo, donde no es tan fácil y hay que tener conciencia. Hay una camada de chicos que están haciendo sus primeras presentaciones, muy interesantes. Chicos que son ganadores desde inferiores y tienen un bicampeonato en Reserva, pero tienen que consolidarse en Primera. Y eso, va a depender del acompañamiento que tengan por parte de todos; Dirigentes, técnicos, hinchas, plantel. Lo peor que podría pasar es que queden en promesa nada más.


Una de las cosas que se destacan al ver jugar a Centenario es la cantidad de chicos de la cantera que hoy están en el primer equipo. Eso muestra que en inferiores se está trabajando bien. ¿Coincidís? Como decía antes, depende del objetivo que se planteen los Dirigentes. Si se va a mantener un proyecto con estos chicos acompañados por jugadores con experiencia para que sigan creciendo, o la necesidad de un campeonato cambia el rumbo. Ya hubo experiencias negativas, de cambios bruscos de un año para el otro. En inferiores se está trabajando bien, pero a mi manera de ver, hay cosas que se deben agregar para que lleguen mejor preparado a la etapa superior.


¿Te ves, en un futuro, dirigiendo la primera de Centenario? Es difícil. No sé si coincide mi manera de conducir un equipo con el estilo de Centenario. Mis equipos se forman de atrás para adelante; tiene más agresividad futbolística. Siempre tengo en cuenta las armas que tiene el rival; que se entienda, no miedo, si no respeto. Me gusta ser más vertical, usando velocidad y sorpresa.


Hablemos un poco de tu etapa como jugador. A demás en San José, ¿en qué otros clubes jugaste? Torneos oficiales; en Centenario, Belgrano de Arequito, Deportivo y Alianza (fue en el único club que no salimos campeones, aunque estuvimos cerca; perdimos el tercer partido de semifinales). Después, nocturnos de Ligas y Copa de Oro, jugué en Banfield de Casilda, Atlético de Chabas, Unión de Villa Eloísa, Defensores de Amstrong y San Martín de Monte buey.


Para aquellos que no te vieron jugar, ¿qué clase de jugador eras? Era un jugador fuerte, a pesar de que siempre fui flaco. Cabeceaba bastante bien en las dos áreas, estudiaba rápidamente al rival de mi zona y tenía una entrega total en el partido. Conocía bien mis limitaciones y se la daba a los que más sabían, que por suerte, siempre tuve varios compañeros de esos.


¿Por qué dejaste? Cuando nos ponemos más grandes, hay que entrenar mucho más para estar a la altura y es ahí, cuando más te cuesta. Tome esa decisión para no regalar todo lo que había conseguido en tantos años.


¿Qué te quedo pendiente? No tengo que reprocharme nada. El fútbol me dio muchas satisfacciones. Por ahí, hoy me pregunto porque nunca tuve una prueba a nivel profesional, que había tenido la posibilidad de hacerlo, pero de todas maneras creo que no me daba para eso.


Tu día más feliz en el fútbol. Tengo muchos días felices, pero creo que cuando ganamos la final contra Arteaga en 1981. El tercer partido en cancha de Chañarense, recuerdo que en el segundo alargue, pude marcar el gol de oro, como se llamaba aquella vez, que te daba el campeonato. Fue algo de lo más lindo y tengo entendido que fue la única vez en la Liga que se definió un campeonato de esa manera.


Y tu día más triste. Sin dudas, las dos finales perdidas. Por eso te decía antes lo del salir segundo; depende el objetivo que se tenga. Y en Centenario siempre es el campeonato. Por suerte, tuve muchas más alegrías que momentos tristes.


¿Algún sueño por cumplir? En otro contexto, dirigir la primera de Centenario.


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