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Foto del escritorVirginia Magi

“En todo proceso futbolístico va a haber errores, lo importante es aprender de ellos sin excusas”

Actualizado: 22 ago 2019


El entrenador suele estar sujeto a preguntas frecuentes, lo mismo le pasa a todos aquellos que arrancan una carrera. ¿Esto es lo que quiero? En ocasiones, el arriesgar sin miedo a perder, es la única respuesta, como sucede a veces en el fútbol. Eliano, sin saber que eso era lo que buscaba, decidió jugársela y encontró la felicidad dentro de un campo de juego.


Eliano Ruffini y su hijo.

De ser casi Abogado a ser Entrenador de fútbol…


Sí. Hice la secundaria en el Liceo Aeronáutico Militar de Funes, generando muchas expectativas personales y sobre todo familiares. Como nos ha pasado a muchos, son momentos trascendentales de cara a nuestro futuro, con 18 años no todos estamos preparados o tenemos muy en claro nuestra vocación, en ese momento de indecisión me decidí por abogacía. Hoy volviendo el tiempo atrás, la mejor elección hubiese sido la carrera de Educación Física, para hoy tener un mejor marco teórico-práctico, para desarrollar mi profesión.


¿Qué te llevo a cambiar?


Cursé toda la carrera de Derecho, terminando cuarto año, tenía todas las materias aprobadas, empezaron las dudas, estaba próximo a recibirme, y empecé a hacerme la pregunta si quería dedicarme toda la vida a esto. Afronte la situación, fue una decisión dura, me volví a mi pueblo, al tiempo, siendo todavía jugador, me ofrecieron trabajar en las inferiores del club 9 de Julio de Arequito, y ahí comenzó mi carrera como DT, y desde los primeros tiempos, descubrí que era mi real vocación.


¿Qué es lo que más te gusta de ser entrenador?


La formación. Considero que los entrenadores somos formadores para el deporte y para la vida. Para eso debemos prepararnos, sentir que ha sido nuestra pasión desde siempre, solo de esta manera podemos perseguir el sueño de dedicarnos a lo que nos gusta, podes trasmitir enseñanzas, la importancia del trabajo en grupo, de que sean felices con lo que hacen, y de que tengan responsabilidad sobre sus acciones, e incorporen los valores propios del juego.


Disfruto cada día la oportunidad de estar en una cancha entrenando, planificando, estar frente a un grupo, y tratando de lograr que el jugador sea mejor cada día, dándole herramientas en lo individual para un mejor desempeño en su función y potenciando lo colectivo a través de una concepción de juego.


Hablemos del rol del entrenador como líder de grupo.


Me gusta manejar los grupos a través de la empatía y la reciprocidad. Empatía como posibilidad de ponerme en el lugar del otro, es un ejercicio que todos los involucrados en un proceso futbolístico debemos hacer (jugadores, dirigentes, cuerpo técnico) porque esto genera una capacidad para comprender los sentimientos del otro, los motivos de su comportamiento, permitiendo algo sumamente importante, prevenir los conflictos que existen en toda interacción humana.


La reciprocidad camina o va de la mano con la empatía, para que toda relación humana sea fructífera tengo que dar para recibir, y recibir para dar, evitando generar esa incomodidad de lo injusto. En los grupos debe primar el bien común, sobre los intereses individuales, para el logro de los objetivos grupales es necesario ponerse en el lugar del otro, no sentirse ni usado ni en deuda.


Por otro lado, es muy importante en el rol de líder del entrenador el tacto para cada situación, a veces es necesario acercarnos como un padre para establecer límites o para dar un abrazo, en otras como un abuelo para dar un consejo, como hermano para ser confidente, como amigo para reírnos de un chiste, no soy partidario de manejar los grupos con posturas extremas, ni autoritario, ni amigo del jugador.


Todo esto lleva tiempo, para conocer al jugador y que el jugador conozca al entrenador, es importante que todos podamos entender que podemos equivocarnos, cometer errores y aquí entra a jugar la empatía y la reciprocidad, para que las partes no entren en conflicto, diálogo, admitir el error, pedir disculpas y aceptarlas.


Y en cuanto a la motivación, dado a que no todos son iguales, ¿Cómo lo trabajas?


No creo que exista una motivación más grande que jugar al fútbol para ser recordado. Quizás sea darle un sentido demasiado filosófico o existencial pero me gusta hablar de estas cosas con mis dirigidos. No me gusta pensar que pasamos por esta vida a cumplir nuestro fin biológico de preservar la especie y que solo nos recordarán algunos familiares para luego perdernos en el tiempo.


Creo firmemente que toda actividad humana nos da la posibilidad de trascender, de perdurar en el tiempo más allá de nuestra existencia, y me gusta trasmitirle al jugador que hacemos algo que nos apasiona y que no debemos dejar pasar las oportunidades de lograr cosas para ser recordado.


Los entrenadores motivamos con la palabra, cada situación es particular, no solo es importante lo que decimos sino como lo decimos, y a quien va dirigido, cada jugador es un ser único, tiene sus propias cualidades, experiencias, necesidades, su propia personalidad.


¿Qué te hizo volver a Alianza a principio de este año?


Más allá de que me hayan aceptado con el condicionante de poder irme ante una posibilidad profesional, me sedujo el hecho de volver a un lugar donde fui feliz, y sobre todo donde puedo equivocarme o cometer errores y siempre sentirme respaldado, esto tiene un valor tremendo para los entrenadores, generando mucha tranquilidad para realizar nuestro trabajo.


Hace unos meses atrás, en una nota, le pediste al hincha que tenga paciencia y los apoye, ¿le seguís pidiendo lo mismo?


Es importante que el hincha tenga paciencia y apoye porque todos necesitamos tiempo para llevar a cabo una idea futbolística para poder conocer a los jugadores en su intimidad y así lograr motivarlos, potenciarlos en todas sus facetas.


Siempre hay que tratar de ser empáticos con los hinchas, ponerse en el lugar de ellos sobre todo cuando los resultados no aparecen, pero no hay que pedirle lo mismo. Los hinchas son pura pasión, impulsan muchas veces una variedad de emociones contradictorias, como dice la frase; “el corazón tiene razones, que la razón ignora”.


Pep Guardiola dice que la planificación, es el motor de todo entrenador, ¿coincidís?


Si, totalmente. La planificación es la clave para optimizar el rendimiento deportivo de nuestros jugadores, potenciarlos individual y colectivamente, para ello debemos organizar detalladamente cada entrenamiento, sus contenidos, acorde a nuestro modelo de juego.


¿Y qué pasa cuando lo que se planifica no sale como uno lo espera?


Hay que ser honestos, decir la verdad, siendo razonables. Ser humilde, consiente de nuestras limitaciones y debilidades, sin complejos de superioridad, ser autocritico, admitir el error y tratar de corregirlo.


En todo proceso futbolístico va a haber errores, lo importante es aprender de ellos sin excusas.


¿La derrota se acepta más cuando el partido no lo pierde uno, sino cuando el rival es quien lo gana?


Hay derrotas que no dejan nada y victorias que solo te dan tres puntos.


Cuando pierdo o gano un partido y mi equipo no tuvo intención de juego, no trató de ser protagonista, no llevó a cabo lo planificado en la semana, uno como entrenador se queda con un gran vacío y surgen las dudas, considero que cuando estas situaciones se sostienen en el tiempo uno debe dar un paso al costado.


Cuando hay derrotas, pero uno se siente satisfecho por el equipo, debe tener una actitud optimista hacia el grupo y son más fáciles de superar.


Hablemos de juego.


A principio de año hablabas de un Alianza ofensivo...


Cuando tomé el equipo a principio de año, teniendo en cuenta la base local y sus características manifesté que iba a ser un equipo ofensivo por nombres propios y lo sigue siendo, marcadores de punta como Mattioli o Miraglio, tres ofensivos como Bianchesi, Rodríguez, Calabrese, ahora González, mediocampistas como Cañete o Palacios, ahora Gasparini, sin dudas hay más jugadores propensos a mirar el arco rival que el propio.


El arranque del Apertura no fue el esperado, pero el equipo de a poco fue apareciendo y se ganaron muchos puntos siendo protagonistas de los partidos, creando situaciones, quizás no siendo tan efectivos, así y todo en la fase regular terminamos siendo el cuarto equipo con más goles a favor, con 20 tantos igual que Arteaga.


Entre un torneo y otro hubo jugadores que se fueron y otros que llegaron, ¿Eso influyo en la idea principal?


En el torneo clausura por diferentes motivos se fueron jugadores, nos tocó rearmarnos, el grupo está en un buen momento grupal y de formas, nos está faltando encontrar las mejores opciones, esas sociedades tan indispensables. Fueron dos grandes medidas los partidos contra Centenario y Arteaga, donde jugamos de igual a igual, no fuimos superados en juego, tratamos de ser protagonistas y no ceder en ello. Ahora veremos si con rivales que no tienen tantas fortalezas colectivas y jerarquías individuales podemos lograr superarlos y sumar puntos.


La serie Alianza – Independiente en el torneo apertura me hizo acordar, en parte, al partido entre Tottenham – Ajax. Experiencia de un lado, juventud del otro, ¿consideras que lo que paso fue consecuencia de ello?


La serie con Independiente tuvo particularidades y condicionantes. En la ida, los primeros 20 minutos estábamos muy bien, hubo un claro penal a favor de Alianza no cobrado, que quizás podría haber hecho la serie más pareja o no, ante un rival con jugadores de jerarquía, locales con finales ganadas y un nuevo entrenador que le ha dado sentido colectivo a su juego, luego vinieron los cuatro goles en no más de 25 minutos, que generó una gran desilusión, porque las expectativas eran otras y ahí prácticamente se sentenció la serie.


De todas maneras, ante rivales así, cuando necesitas un resultado positivo y salís a buscar es probable que en la contra quedes expuesto, tengas o no experiencia…


Los dos goles nos dieron esperanza para afrontar la vuelta, en la semana previa habíamos hablado con el plantel de que teníamos que estar convencidos porque para darla vuelta debíamos asumir más riesgos y sabíamos a que nos exponíamos ante esta clase de rival. Fuimos por todo, nos quedamos con nada, con la sensación por un lado de haberlo intentado y por el otro lado la tristeza por el abultado marcador final.


¿Qué aporta Ratto al equipo?


Son esa clase de jugadores que se suman a un equipo y lo mejoran, un gran aporte en lo humano y lo deportivo. Damián es un jugador que por sobre todas las cosas entiende el juego y lo trasmite, voz de mando, palabra autorizada adentro y afuera de la cancha. Sumando experiencia a un equipo que la necesitaba, asumiendo la responsabilidad necesaria de un refuerzo.


Intra, de los más jóvenes pero a su vez de los más experimentados en este equipo, es quien acompaña a Ratto en la saga central de este Alianza.


Con Agustín tenemos una relación muy especial, debutó conmigo en el Clausura del 2015 en la ida de Cuartos de final ante Cafferatense, con la suerte de que ganamos 1 a 0 y fue él, quien marcó el gol, a partir de ahí nunca dejó la titularidad.


Tiene mucha personalidad y madurez, es joven, con mucho para mejorar y darle al club. La llegada de Ratto lo ha potenciado, está más tranquilo, tiene menos presión, es importante todo lo que pueda recepcionar y adquirir de la experiencia de Damián.


El entrenador debe contar con una flexibilidad, además del método o identidad, que le permita adaptarse a las diferentes circunstancias, grupos o jugadores… ¿te consideras un entrenador flexible?


Me tocó hacerme cargo de planteles superiores muy joven, con pocas derrotas, sin fracasos y con una idea de juego muy ambiciosa, de intentar siempre, protagonismo ofensivo, resaltando la estética, sumado al romanticismo propio de la juventud.


En mis primeros pasos como DT pude dirigir un equipo muy recordado, 9 de Julio de Arequito (Año 2012), salimos campeones, con jugadores de excelencia en cuanto a sus capacidades futbolísticas y humanas, esa idea de juego la pude desarrollar en toda su totalidad. Luego tuve una etapa, antes de llegar a Alianza en el 2014, de muchas derrotas, fracasos y malos momentos por querer seguir desarrollando la concepción de juego sin contextualizarla.


Hoy entiendo que esa idea de juego debe ser contextualizada para crear un modelo de juego, es decir, tener en cuenta la historia del club, la infraestructura, torneo a disputar, rivales, canchas, y sobre todo las características de los jugadores propios.


El jugar bien es un debate que, generalmente, cae en una misma respuesta; juega bien el que tiene técnica. Pero pienso, identificar la situación que se avecina y poder encontrar una solución rápida también es jugar bien. ¿Qué es jugar bien para vos?


Considero que mi equipo juega bien cuando respeta los principios del modelo de juego, lo trabajado en la semana, materializando en competencia los comportamientos y conceptos entrenados.


Todo depende del modelo de cada entrenador, no hay dudas que el Barcelona de Guardiola o el Inter de Mourinho jugaban bien, pero con concepciones futbolísticas distintas. La discusión radica en lo que es jugar lindo y eso dependen de la cuota de espectáculo o estética que le queramos brindar al juego.


Como dijo Ángel Cappa; “El recuerdo queda cuando emociona”, por eso siempre se hablará del Brasil del 70, Holanda del 74, el Huracán de Menotti y los que estén leyendo esta nota seguro nombrarán algún que otro equipo.


¿El orden te da equilibrio?


Son conceptos que analizo en relación al momento del juego que estemos hablando. En el defensivo va a depender si juego libero y stopper, si persigo o me adapto, si juego en zona y en línea, si amontono gente para defender, etc. En el ofensivo si adopto un sistema posicional de ocupación racional de la cancha con amplitud y profundidad o busco llegar al arco rival de una forma más vertical.


Lo mismo en el manejo de las transiciones, si cuando pierdo la pelota opto por una recuperación rápida o repliego líneas cerca de mi arco o bien cuando la recupero, según el lugar de la cancha, busco un pase seguro, un volver a empezar, un ataque organizado o bien ataques directos.


Para mí el orden y el equilibrio están vinculados con todos los momentos del juego y no solo a la parte defensiva.


Hablemos un poco de Alianza, una institución bien estructurada que te permite contar con el tiempo y la comodidad para llevar a cabo tu trabajo…


Puedo asegurar a ciencia cierta que estoy trabajando en un club que se proyecta a futuro, hay una nueva generación de dirigentes que han elevado las potenciales de la institución, optaron por dar el ejemplo cada día, dejando atrás el escritorio, hoy ves al presidente del club cortando el pasto y al tesorero llevándose las camisetas a lavar, por darte solo unos ejemplos.


Estructuralmente se han mejorado las instalaciones y se proyecta seguir haciéndolo, administrativamente el club está centralizado a pesar de la existencia de sub-comisiones de trabajo, se mantienen otras actividades deportivas como patín, vóley y fútbol senior, en fútbol infantil se han duplicado la cantidad de chicos en los últimos años, con categorías competitivas, y en planteles superiores se trabaja también pensando en largo plazo.


Todo entrenador cuenta con una – o varias – influencias en su formación, ¿Ariel Lombardi fue tu mayor influencia?


Todos los que fuimos alguna vez dirigidos por Ariel Yayo Lombardi hemos evidenciado su influencia, hemos descubierto una manera de sentir y ver el fútbol, como ya dijo alguna vez un dirigido suyo; “Yayo es un filósofo del fútbol”, son de esas personas que lograron trascender, en los clubes donde estuvo los transformó, los obligó a mejorar, hasta a algunos les cambió el paladar futbolístico, es tan grande su legado que será recordado con el paso del tiempo.


Imagino que Yayo no fue el único…


Después cada uno va teniendo sus derrotas, fracasos, victorias, éxitos, experiencias, historia de vida que nos genera nuestra propia impronta.


En este camino recorrido tuve la suerte de ser amigo y trabajar con Marcelo Pipo Luciani que para mí es el mejor discípulo de Yayo, el que mejor lleva acabo sus ideas, del que más aprendí y hasta el día de hoy intercambiamos ideas, conceptos, vivencias. También con Walter Grazziosi, que actualmente está en el profesionalismo, me mantiene informado y actualizado de las nuevas tendencias y metodologías.


Con Cristian Aran, todo lo aprendido en mi paso por el profesionalismo.


Además tuve la suerte de trabajar con grandes preparados físicos como Carlos Garello, un adelantado para la época, y ahora Andrés Carotti; me enseñaron como crear situaciones de entrenamiento con la incorporación de los elementos físicos-técnicos-tácticos para afianzar el modelo de juego.


Si el Eliano Ruffini de ahora pudiera ir al Eliano del comienzo, ¿Qué mensaje, consejo o lección le darías?


Que mantenga siempre las convicciones, que arriesgue, que no tenga miedo a perder, porque para ganar algo hay que perder mucho, que es donde más se aprende y se conoce al que te rodea es en las derrotas. Que disfrute del camino, que siempre utilice medios nobles. Tomate tiempo para perdonar y perdonarte, pero no olvides. Que no trate de agradar a todos. Que sepa alejarse a tiempo de las personas toxicas, porque contaminan, pueden nublar los objetivos y sacar lo peor de uno. Que no dude en sacar la planta que puede pudrir el bosque. Que siempre sea agradecido de quien te dio una oportunidad y confió en tu trabajo.



Virginia Magi

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